Día a día suceden cosas, algunas predecibles, otras son sorpresas y algunos cuantos milagros, aunque no de todos nos enteramos o damos cuenta.
Entre las sorpresas y lo predecible están los sentimientos, los cuales son el resultado predecible de las sorpresas. Hay sentimientos que se pueden hacer a un lado fácilmente y hay otros que son inevitables.
Aquellos inevitables pueden ser momentos de orgullo, tristeza desesperación, angustia, nerviosismo… entre muchos más. También está la confusión las cual nos puede impulsar a actuar, aunque no siempre de la mejor forma.
Cuando nos equivocamos, algo inevitable sentimos: el arrepentimiento, pero podemos tomarlo de dos maneras distintas: como algo serio y un golpe más en la vida o como un motivo más para reír.
Reír… que bonito es reír, verte a ti mismo con esa sonrisa… ¡como ayuda a verte mejor! Nos sentimos volando sobre las nubes… y más aun cuando lloramos de la risa… Lloramos… cuando oímos “lloramos” inmediatamente nos imaginamos algo triste… pero también se llora de alegría. Esas lágrimas significan algo más que una sonrisa o la necesidad del consuelo, dan a conocer lo que sentimos en ese momento, ya se alegría, tristeza, nostalgia, confusión, coraje… en fin, lo que sentimos en nuestro interior.
viernes, junio 09, 2006
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