sábado, julio 22, 2006

¿Prisioneros de la libertad?


¿Qué es la libertad?
Unos dicen que es la posibilidad de hacer lo que se quiera, pero entonces se ha cruzado la línea que la separa del libertinaje. Otros dicen que libertad es el poder elegir entre varias opciones… pero se corre el riesgo de la indecisión… qué es la libertad?
Una manera de representar la libertad podría ser el no estar encadenado a algo, sin embargo, como las cuestiones anteriores, también tienen un riesgo. Este riesgo está en el saber diferenciar entre estar encadenado a algo y el tomar decisiones basándose en algo. Un ejemplo…. Si alguno toma una decisión bajo la influencia de un determinado valor o religión… ¿cómo sé que no estoy encadenado a ese factor?

Creo que a final de cuentas todos vivimos encadenados a algo aunque la diferencia entre una persona u otra radica en saber controlar de alguna manera la extensión de esas cadenas para “darse la libertad” de escoger algo nuevo, probar algo nuevo, vivir un nuevo día.
De entrada todos somos prisioneros de nuestra condición como seres humanos, pero dentro de esta condición está la libertad de elegir entre aferrarse a algo o no, preocuparse o ser “valemadrista”, disfrutar o pasar desapercibido, aprovechar la vida o desaprovecharla, ser uno mismo o vivir la vida de alguien más….

Auto-manipulación

Cuántas veces no hemos oído acerca de la manipulación de personas, cómo es que éstas se dejan llevar por lo que otros dicen, hacen, piensan... Sin embargo, pocas veces nos damos cuenta de que uno puede manipularse a sí mismo… la mente tiene un gran poder, del cual no siempre se saca el mejor provecho.
Un ejemplo muy sencillo: cuando alguien ha sufrido un trauma o ha vivido alguna experiencia desagradable, existe la posibilidad de que la mente se bloquee a sí misma y entonces aquellos recuerdos no serán accesibles para el sujeto en un futuro, este fenómeno puede funcionar como un mecanismo de defensa o bien, como una auto-manipulación.
Otro ejemplo es cuando buscamos una respuesta a algún cuestionamiento que no es sencillo, que exige un análisis propio o, como se dice popularmente, “que nos da donde más nos duele”. Entonces la mente cumple con la función de evasora y no nos permite llegar a una buena conclusión.
“Algunas veces lo primero que necesitamos hacer es lo último que deseamos hacer”

viernes, julio 21, 2006

Dar y recibir

Dar y recibir... verbos y acciones tan comercializadas... que paulatinamente han perdido sentido en la vida cotidiana. La superficialidad que se apodera de este mundo ha cambiado a las personas a tal grado que la única satisfacción está en el recibir, cuando en realidad es más satisfactorio para uno mismo el dar. ¿Por qué? Porque es una pequeña, casi imperceptible, oportunidad para entregar algo de sí a alguien más. Cuestiones que parecerían tan insignificantes como dar un abrazo pueden ser tan valiosos para aquel que recibe que apreciará aquel gesto de una manera muy especial... tal vez lo sepas.. tal vez no.. pero la ayudad brindada.. habrá valido la pena.
Recibir es también una motivación, pero sí das habrá más posibilidad de obtener una respuesta. Con esto no quiero condicionar el dar como una acción con la finalidad de obtener algo a cambio, sino fundamentar el dar como una acción incondicional cuyo beneficio podrá ser a corto o largo plazo, siendo la satisfacción la mejor respuesta. El recibir será entonces una motivación extra que también te beneficiará.
Debe haber un equilibrio entre ambas acciones pero uno no puede decidir cuándo recibir, en cambio el dar... no está sujeto a condiciones.