sábado, mayo 22, 2010

Vivir ¿para alguien más?

El ser humano no puede vivir sin jugar más de un rol. Por naturaleza uno es hijo(a), amigo(o), quizá hermano(a), padre o madre, jefe, súbdito, alumno... Es inevitable ser parte de este ciclo.

Nadie nos ha enseñado a desempeñar cada papel. Uno aprende sobre la marcha con la inercia. Las experiencias dictan el rumbo. Sin embargo, cualquier rol tiene su contraparte: otra persona tiene determinadas expectativas sobre tu desempeño. Una vez que has acertado y sido exitoso durante un lapso de tiempo, será difícil tolerar un descuido, un error.

¡Cuántos padres no buscan al hijo perfecto! Lo moldean a su manera hasta convertirlo en el ejemplo a seguir: es educado, responsable, cariñoso, servicial y tan fuerte como una roca, no se desmorona. Cuando el vástago crece y toma conciencia de los diversos roles que debe desempeñar, ya sea por elección u obligación, se comporta de distinto modo según la situación y es entonces cuando los padres entran al ruedo. Se cuestionan por qué su hijo decidió, actuó, habló, calló, maldijo, premió, huyó...
Y aquel ser que está aprendiendo lo que significa la libertad, el sabor de la victoria y la acidez de la derrota, se ve deslumbrado por las expectativas de alguien más.

Si uno decide tomar un camino, quizá alguien intentará hacerlo cambiar de opinión para tomar el adyacente, otros aplaudirán su elección y habrá quien guarde silencio. Nada le parece a todos, ¿pero qué te parece a ti?

No intentes ser el hijo perfecto, pues en algún momento fallarás a tus padres.
No pretendas ser el alumno perfecto, pues de los errores también se aprende.
No quieras fingir la perfección, pues alguien resaltará tus defectos.

Procura hacer lo que debas hacer del mejor modo posible pero deja un margen de error que te permita mostrar tu humildad; no pretendas que tu hijo sea perfecto pues sus imperfectos son su oportunidad de crecimiento.

No vivas para los demás, vive para ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta..... besos Elena mamá

cemuse dijo...

Gracias Elena! Un abrazo!!